Carpintero imperial (Campephilus imperialis)
El carpintero imperial (Campephilus
imperialis) está considerado por la IUCN como en peligro
crítico, aunque explica que se encuentra virtualmente extinta por razones que
se comentarán en breve. Dentro de la Norma
Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-2001, se encuentra como extinta.
A este pájaro carpintero no se le ha visto vivo con registros fiables desde 1956, y esto unido a que se ha producido una gran destrucción del hábitat y junto a la caza se piensa que han llevado a la especie a la extinción.
Aunque el último registro confirmado fue en Durango en 1956, ha habido ocho avistamientos después de 1965. Los más recientes hablan de una pareja en el centro de Durango en 1993, de un macho a 20 km del anterior avistamiento en 1995, y de una hembra sola en 1993 en el norte de Sonora. Una expedición en 1996 por el norte y centro de Durango buscó por estas zonas, pero no encontró ninguna señal.
Debido a esta y a otras extensas y prolongadas búsquedas dentro de su rango geográfico, a menudo guiadas por los supuestos avistamientos, no han conseguido confirmar la presencia de individuos. A través del mapeo y del análisis del hábitat no se cree que ninguna población haya podido sobrevivir, y en todo caso, si quedara algún ejemplar, la fragmentación y estado de su hábitat han convertido su situación en la de un pájaro virtualmente extinto. Sin embargo, no puede ser aún tomado por extinto oficialmente ya que podría existir la posibilidad de que algunos individuos hayan podido usar hábitats sub - óptimos de bosques regenerados; aun así cualquier resto de población sería demasiado pequeño, y por esta razón se le considera en peligro crítico (posiblemente extinto) según la IUCN.
Desde luego, su caracterización más popular, la de los dibujos animados del pájaro loco, no ayudó a salvar a estos hermosos pájaros.
CARACTERÍSTICAS
Estos carpinteros eran el pariente más cercano del pájaro Pico de Marfil del Caribe, al cual también se le considera extinguido.
De pequeños tenían colores opacos y pardos, mientras que de adultos su coloración era más llamativa; machos y hembras tenían un penacho en la cabeza, en el macho de color rojo y en la hembra de color blanco. El macho además tenía una mancha roja en el pecho y vetas blancas en los costados. Ambos sexos tenían el torso y el lomo negros y el pico blanco. Su cola tenía plumas rectas y cortas.
Su cola era recta y rígida, y sus patas fuertes, cortas y con dos dedos dirigidos hacia delante y dos hacia atrás. Sus ojos eran amarillos.
Requieren extensas áreas (26 km2 por pareja) de zonas abiertas de pinos en zonas de mesetas para nidificar. Si se movían en grupos de siete a ocho individuos, el área mínima de bosque necesario para un grupo sería de 98 km2.
Se les encontraba en zonas de altitudes entre 1920 y 3050 m., aunque hay registros de carpinteros a 1675 m.
Su altura oscilaba entre los 51 y 56 cm., aunque se hallaron ejemplares de hasta 60 cm., lo que le convertía en el carpintero más grande del mundo.
Se estima que vivían de ocho a doce años.
La principal fuente de alimento eran las larvas de escarabajos, que se encontraban en determinadas épocas del año de manera abundante, en periodos cortos de tiempo. Consecuentemente, los lugares de alimentación serían probablemente mejor aprovechados por grupos nómadas. También se alimentaban de insectos y gusanos que capturaban bajo la corteza o en el suelo tras la cosecha.
Los carpinteros ponían una nidada al año, permaneciendo en el nido toda la etapa de incubación, que duraba semanas y hasta meses, y de la que finalmente salían de dos a tres polluelos. La cría era entre febrero y junio.
Hay unos 120 ejemplares disecados en museos de todo el mundo, pero sin embargo no hay grabaciones sonoras ni fotos de ejemplares vivos. Un animal más que se extingue, y se lleva todos sus secretos consigo.
HÁBITAT Y ÁREA GEOGRÁFICA
Habitaba esencialmente los bosques templados y fríos de México, aunque originalmente también se la encontraba en el sur de Estados Unidos.
Estos carpinteros se distribuían uniformemente por la Sierra Madre Occidental de México en Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit, posiblemente en zacatecas y el norte de Jalisco; además existían poblaciones aisladas en el oeste de Jalisco y en Michoacán.
En el pasado además no era un ave rara, aunque la población total probablemente nunca fue superior a 8000 ejemplares.
AMENAZAS
Destrucción del hábitat
Para estudiar el grado de destrucción, en primer lugar sería necesario estudiar con la mayor precisión cual era el hábitat preferido por estos carpinteros, ya que los últimos sitios que habitó podrían haber sido perfectamente los lugares donde no les quedaba más remedio que vivir. Las zonas de altas latitudes ya descritas en el apartado de hábitat eran sin duda las zonas más vinculadas a sus preferencias; aquí la capa de suelo estaba muy desarrollada, y utilizaba los pinos muertos para nidificar, ya que les sería más favorable hacer agujeros en estos árboles. También usaban en ocasiones abetos y robles.
Lamentablemente estos bosques han sido ampliamente usados para la industria maderera por su fácil acceso, fragmentando el territorio. Como ejemplo, el 99,4 % de la Sierra Madre Occidental se ha despejado o talado selectivamente. La tala local ha sido por lo tanto una de las amenazas para estas aves, subestimada por mucho tiempo.
Caza
La más frecuente causa de muerte del carpintero imperial era el vandalismo (30 %). Era un buen objetivo al que disparar por diversión, y por qué eran fácilmente identificables y bastante grandes para no fallar.
El segundo motivo de caza eran los usos medicinales, se calcula que era la causa del 22 % de las muertes. Las crestas rojas junto a un poco de aceite se usaban para curar el dolor de oído. También se usaban contra los ataques de nervios.
Otros autores piensan que una de las causas más importantes de caza era la alimentación. (17 %)
También se usaban las cabezas como amuletos.
A este pájaro carpintero no se le ha visto vivo con registros fiables desde 1956, y esto unido a que se ha producido una gran destrucción del hábitat y junto a la caza se piensa que han llevado a la especie a la extinción.
Aunque el último registro confirmado fue en Durango en 1956, ha habido ocho avistamientos después de 1965. Los más recientes hablan de una pareja en el centro de Durango en 1993, de un macho a 20 km del anterior avistamiento en 1995, y de una hembra sola en 1993 en el norte de Sonora. Una expedición en 1996 por el norte y centro de Durango buscó por estas zonas, pero no encontró ninguna señal.
Debido a esta y a otras extensas y prolongadas búsquedas dentro de su rango geográfico, a menudo guiadas por los supuestos avistamientos, no han conseguido confirmar la presencia de individuos. A través del mapeo y del análisis del hábitat no se cree que ninguna población haya podido sobrevivir, y en todo caso, si quedara algún ejemplar, la fragmentación y estado de su hábitat han convertido su situación en la de un pájaro virtualmente extinto. Sin embargo, no puede ser aún tomado por extinto oficialmente ya que podría existir la posibilidad de que algunos individuos hayan podido usar hábitats sub - óptimos de bosques regenerados; aun así cualquier resto de población sería demasiado pequeño, y por esta razón se le considera en peligro crítico (posiblemente extinto) según la IUCN.
Desde luego, su caracterización más popular, la de los dibujos animados del pájaro loco, no ayudó a salvar a estos hermosos pájaros.
CARACTERÍSTICAS
Estos carpinteros eran el pariente más cercano del pájaro Pico de Marfil del Caribe, al cual también se le considera extinguido.
De pequeños tenían colores opacos y pardos, mientras que de adultos su coloración era más llamativa; machos y hembras tenían un penacho en la cabeza, en el macho de color rojo y en la hembra de color blanco. El macho además tenía una mancha roja en el pecho y vetas blancas en los costados. Ambos sexos tenían el torso y el lomo negros y el pico blanco. Su cola tenía plumas rectas y cortas.
Su cola era recta y rígida, y sus patas fuertes, cortas y con dos dedos dirigidos hacia delante y dos hacia atrás. Sus ojos eran amarillos.
Requieren extensas áreas (26 km2 por pareja) de zonas abiertas de pinos en zonas de mesetas para nidificar. Si se movían en grupos de siete a ocho individuos, el área mínima de bosque necesario para un grupo sería de 98 km2.
Se les encontraba en zonas de altitudes entre 1920 y 3050 m., aunque hay registros de carpinteros a 1675 m.
Su altura oscilaba entre los 51 y 56 cm., aunque se hallaron ejemplares de hasta 60 cm., lo que le convertía en el carpintero más grande del mundo.
Se estima que vivían de ocho a doce años.
La principal fuente de alimento eran las larvas de escarabajos, que se encontraban en determinadas épocas del año de manera abundante, en periodos cortos de tiempo. Consecuentemente, los lugares de alimentación serían probablemente mejor aprovechados por grupos nómadas. También se alimentaban de insectos y gusanos que capturaban bajo la corteza o en el suelo tras la cosecha.
Los carpinteros ponían una nidada al año, permaneciendo en el nido toda la etapa de incubación, que duraba semanas y hasta meses, y de la que finalmente salían de dos a tres polluelos. La cría era entre febrero y junio.
Hay unos 120 ejemplares disecados en museos de todo el mundo, pero sin embargo no hay grabaciones sonoras ni fotos de ejemplares vivos. Un animal más que se extingue, y se lleva todos sus secretos consigo.
HÁBITAT Y ÁREA GEOGRÁFICA
Habitaba esencialmente los bosques templados y fríos de México, aunque originalmente también se la encontraba en el sur de Estados Unidos.
Estos carpinteros se distribuían uniformemente por la Sierra Madre Occidental de México en Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit, posiblemente en zacatecas y el norte de Jalisco; además existían poblaciones aisladas en el oeste de Jalisco y en Michoacán.
En el pasado además no era un ave rara, aunque la población total probablemente nunca fue superior a 8000 ejemplares.
AMENAZAS
Destrucción del hábitat
Para estudiar el grado de destrucción, en primer lugar sería necesario estudiar con la mayor precisión cual era el hábitat preferido por estos carpinteros, ya que los últimos sitios que habitó podrían haber sido perfectamente los lugares donde no les quedaba más remedio que vivir. Las zonas de altas latitudes ya descritas en el apartado de hábitat eran sin duda las zonas más vinculadas a sus preferencias; aquí la capa de suelo estaba muy desarrollada, y utilizaba los pinos muertos para nidificar, ya que les sería más favorable hacer agujeros en estos árboles. También usaban en ocasiones abetos y robles.
Lamentablemente estos bosques han sido ampliamente usados para la industria maderera por su fácil acceso, fragmentando el territorio. Como ejemplo, el 99,4 % de la Sierra Madre Occidental se ha despejado o talado selectivamente. La tala local ha sido por lo tanto una de las amenazas para estas aves, subestimada por mucho tiempo.
Caza
La más frecuente causa de muerte del carpintero imperial era el vandalismo (30 %). Era un buen objetivo al que disparar por diversión, y por qué eran fácilmente identificables y bastante grandes para no fallar.
El segundo motivo de caza eran los usos medicinales, se calcula que era la causa del 22 % de las muertes. Las crestas rojas junto a un poco de aceite se usaban para curar el dolor de oído. También se usaban contra los ataques de nervios.
Otros autores piensan que una de las causas más importantes de caza era la alimentación. (17 %)
También se usaban las cabezas como amuletos.
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